La productividad del Atlántico Norte ha disminuido un 10% en la era industrial

Menos fotosíntesis debido al aumento de la temperatura del agua Prácticamente toda la vida marina depende de la productividad del fitoplancton, organismos microscópicos que trabajan incansablemente en la superficie del mar para absorber el dióxido de carbono que entra en el océano procedente de la atmósfera. Mediante la fotosíntesis, las algas dividen el dióxido de carbono en oxígeno y carbono orgánico, que almacenan. Este carbono es la base de las redes alimentarias marinas, desde las gambas más pequeñas hasta las tortugas marinas y las grandes ballenas jorobadas. Ahora, científicos del MIT, la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI) y otros institutos han hallado pruebas de que la productividad del fitoplancton en el Atlántico Norte, una de las zonas marinas más productivas del mundo, está disminuyendo constantemente. En un estudio reciente publicado en la revista Nature, los investigadores informan de que la productividad del fitoplancton en esta importante región ha disminuido alrededor de un diez por ciento desde el comienzo de la era industrial a mediados del siglo XIX. Este descenso coincide con el aumento constante de las temperaturas superficiales durante el mismo periodo. Matthew Osman, del WHOI, autor principal del estudio, estima que la productividad del fitoplancton podría seguir disminuyendo a medida que aumenten las temperaturas como consecuencia del cambio climático provocado por el hombre. "Deberíamos estar preocupados", afirma Osman. "Si tenemos una población creciente pero una base alimentaria decreciente, probablemente acabaremos sintiendo los efectos de este declive". Osman y sus colegas buscaron tendencias en la productividad del fitoplancton utilizando el compuesto molecular ácido metanosulfónico, abreviado MsOH. Cuando el fitoplancton se expande en grandes flores, ciertos microbios emiten dimetilsulfuro o DMS, un aerosol que se libera a la atmósfera y acaba desintegrándose como aerosol de sulfato o MsOH, que luego depositan los vientos marinos o terrestres. En el Atlántico Norte, el fitoplancton produjo MsOH, que se depositó en el norte, también en Groenlandia. Los investigadores midieron el MsOH en núcleos de hielo de Groenlandia, que representan capas de nevadas pasadas que han sobrevivido cientos de años. El equipo analizó un total de doce núcleos de hielo, que se obtuvieron desde la década de 1980 hasta la actualidad en diversos lugares de la capa de hielo de Groenlandia. En los 12 núcleos de hielo, los investigadores observaron un descenso significativo de las concentraciones de MsOH desde mediados del siglo XIX, cuando comenzó la producción a gran escala de gases de efecto invernadero. Este descenso está directamente relacionado con una disminución de la producción de fitoplancton en el Atlántico Norte. "Estamos asistiendo a un descenso a largo plazo de la productividad oceánica que se produce más o menos en la misma época en que comenzaron las emisiones de gases de efecto invernadero a escala industrial, cuando el sistema climático empezó a funcionar mal", afirma Osman. "El Atlántico Norte es una zona muy productiva, y hay una enorme industria pesquera multinacional asociada a esta productividad, y cualquier cambio en la base de esta cadena alimentaria tendrá efectos en cascada que acabaremos experimentando en nuestras mesas".
Más información: https://www.whoi.edu.