La minería de aguas profundas tiene graves consecuencias para el ecosistema marino

Se necesitan medidas concretas para proteger el medio marino

La creciente globalización y el mayor uso de materiales de alta tecnología han aumentado la demanda de metales raros. Por ello, la búsqueda de yacimientos en las profundidades marinas es cada vez más importante. Como consecuencia, las solicitudes de licencias de exploración presentadas a la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) se han triplicado en los últimos cinco años.

¿Qué riesgos medioambientales tendría la extracción de materias primas metálicas de las profundidades marinas y cómo puede conseguirse que la extracción sea lo más respetuosa posible con el medio ambiente? Estas cuestiones fueron debatidas por investigadores de once países europeos en el marco del proyecto "MiningImpact". Sus conclusiones y valoraciones se han publicado ahora en un artículo de la revista internacional Science.

Las profundidades marinas siguen deparando sorpresas a la ciencia. Así, hasta ahora, existe la percepción común de que los grandes fondos marinos del Pacífico central son muy uniformes y están escasamente poblados. Esto es un error, como descubrieron los investigadores del proyecto MiningImpact: La diversidad ecológica de los lechos marinos profundos es enorme, sobre todo en las zonas con muchos nódulos de manganeso en el fondo del océano.

Los nódulos de manganeso no sólo están formados por manganeso, sino que, además de hierro, hay metales codiciados, como cobre, cobalto o níquel. Alrededor de los nódulos de manganeso existe un ecosistema muy especial y frágil, que se destruiría a gran escala si se explotara la zona. Está formado por organismos muy diferentes en los tubérculos pegados, pero también móviles. La regeneración del ecosistema llevaría de muchas décadas a cientos de años. Para proteger los ecosistemas marinos y su biodiversidad, son indispensables medidas de precaución, según los científicos.

Recomiendan el establecimiento de zonas protegidas que sean comparables a las condiciones ambientales y las comunidades de especies de las futuras zonas mineras. Además, se necesitan zonas protegidas adicionales dentro de las zonas de licencia. Según los autores, ya existen tecnologías para controlar la minería de los fondos marinos, pero es necesaria la correspondiente transferencia de conocimientos entre la industria y la ciencia, así como una normalización de los procedimientos de exploración.

Las medidas se dirigen en particular a la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (AIFM). Ésta gestiona los recursos de los fondos marinos en aguas internacionales fuera de las Zonas Económicas Exclusivas (200 millas náuticas) de los distintos Estados. El acuerdo también obliga a la AIS a garantizar una protección eficaz del medio marino frente a las posibles consecuencias de la minería marina. La AIS aún no ha acordado normas medioambientales concretas para la protección y conservación del medio marino profundo, incluida su biodiversidad e integridad ecológica. Sin embargo, los autores del estudio son optimistas en cuanto a que sus conclusiones se añadirán al trabajo actual de la agencia.