El entorno actual augura malas noticias para las algas rojas coralinas

Las ONG piden una aplicación más rigurosa de la legislación Los elevados niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y el aumento de la acidificación de los océanos están teniendo un efecto perjudicial sobre el crecimiento del alga roja coralina (Lithothamnion glaciale), que es un constructor esencial dentro del medio marino. Las investigaciones han demostrado que la resistencia del alga coralina a la erosión disminuiría, ya que el aumento de la concentración de dióxido de carbono hace que su estructura esquelética se vuelva más quebradiza y no esté suficientemente calcificada. Esto tiene consecuencias nefastas para el ecosistema marino, ya que estas algas coralinas forman lechos de maerl que son hábitat, refugio y zonas de cría esenciales para una gran variedad de organismos marinos, incluidas algunas especies de peces de importancia económica. Estas conclusiones se basan en investigaciones y experimentos realizados por científicos del Centro Helmholtz GEOMAR de Investigación Oceánica de Kiel, la Universidad de Bristol y la Universidad de Australia Occidental. Se han publicado en la revista Scientific Reports. Las paredes celulares de las algas rojas coralinas suelen consistir en una forma de calcita, que contiene una gran cantidad de magnesio. A medida que crecen, desarrollan bandas circulares, algo así como los anillos de los árboles. Los anillos que surgen durante el verano contienen más magnesio que los que crecen durante el invierno. Para medir el crecimiento y la acumulación de magnesio ante el aumento de las condiciones de dióxido de carbono y la acidificación de los océanos, los investigadores sometieron a las algas rojas coralinas a dos condiciones distintas: a los niveles actuales y a los proyectados de concentración de dióxido de carbono. Tanto la temperatura del agua como las condiciones de luz se mantuvieron constantes. "Con concentraciones elevadas de dióxido de carbono, se incorporó menos magnesio a las paredes celulares y éstas siguieron siendo más delgadas que con los niveles actuales de dióxido de carbono. Incluso su estructura cambió", afirmó la Dra. Federica Ragazzola, bióloga del Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Portsmouth. "Vemos dos posibles razones para ello: O bien las algas cambiaron la calcita rica en magnesio por una composición menos soluble, o bien perdieron parte de la calcita debido a la acidificación. Pero en cualquier caso, el Lithothamnion pierde su elasticidad y dureza y puede dañarse más fácilmente", dijo. Por tanto, los investigadores sospechan que el alga no podría mantener su importante papel como constructora del ecosistema. Dado que los cambios de temperatura y de intensidad luminosa pueden descartarse como causas del descenso de las concentraciones de magnesio, los investigadores han propuesto que es consecuencia directa de la acidificación del océano. Esta conclusión tiene implicaciones cuando se considera la reconstrucción de los climas de eras geológicas pasadas. "La proporción entre magnesio y calcio en las algas coralinas se ha utilizado como registrador de la temperatura. Pero como nuestras muestras se mantuvieron constantemente a siete grados centígrados, los cambios en las concentraciones de magnesio no pueden relacionarse con la temperatura. Sin información sobre el pH, la reconstrucción de la temperatura a partir de las proporciones de magnesio y calcio de dichas algas podría ser bastante engañosa", dijo el Dr. Jan Fietzke, del GEOMAR. Enlace al estudio: http://www.nature.com/articles/srep20572