Malin Head: El cementerio de los gigantes (3)

Parte 3: SS Justicia

Las profundas y cristalinas aguas de Malin Head, en Irlanda, fueron en su día una ruta de navegación para los convoyes de guerra y, tras dos Guerras Mundiales, el lecho marino es ahora un cementerio de pecios de gran tamaño. En el tercero de cuatro minicuentos nos ocupamos del transatlántico SS Justicia, que con 32.234 toneladas fue el segundo barco más grande hundido en la Primera Guerra Mundial.

Con la escasa demanda de travesías transatlánticas de pasajeros durante aquella guerra, el gobierno británico puso al Justicia en servicio como buque de tropas capaz de transportar ¡4.000 soldados! En julio de 1918, mientras se dirigía a Nueva York, el transatlántico sin carga fue atacado por el UB-64, que consiguió lanzarle 4 torpedos antes de que los escoltas obligaran al persistente submarino a retirarse. Pero la posición del Justicia era ahora conocida y al día siguiente el UB-124 atacó, acabando con el poderoso transatlántico con otros dos torpedos y costando la vida a 16 hombres. El UB-124 no tuvo tanta suerte en su huida como el UB-64, siendo obligado a emerger por los destructores y luego hundido él mismo.

A medida que descendemos, aparece la espectacular cubierta de proa, tan vasta como la del transatlántico más famoso de la White Star, el Titanic. A partir de ahí, nuestro avance parece lento a medida que exploramos las cubiertas inferiores expuestas, pero este pecio es tan grande que llegar a cualquier parte lleva su tiempo. Nos abrimos camino hasta la punta de la proa y me siento en el fondo del mar a 72 metros con este gran barco elevándose ante mí, ¡una de las vistas más sobrecogedoras que he visto en toda mi carrera de submarinista! Pero la marea no espera a ningún buceador, así que tenemos que volver a nuestra línea de tiro antes de que la corriente vuelva a empezar tras el periodo de aguas tranquilas. En nuestro viaje de regreso, pasamos por encima de una cubierta que parece una máquina de pinball gigante, debido a los cabrestantes que han sido empujados hacia arriba a través de las cubiertas. ¡Todo es tan grande en este pecio! Finalmente aparecen los restos del puente, que nos permiten echar un último vistazo a este barco antaño magnífico.

Gracias a Steve Jones