Acidificación oceánica y comunidades marinas

Cuando se intensifique la acidificación de los océanos, ¿qué especie será la última superviviente? ¿Qué impacto tiene la acidificación oceánica en la comunidad de plancton y en los flujos de materia de la cadena alimentaria ecológica marina? Tras dos meses de investigación en el fiordo Raunefjord de Bergen (Noruega), los científicos del Centro GEOMAR Helmholtz de Investigación Oceánica de Kiel tienen ahora las respuestas a estas preguntas. Al parecer, depende de la especie a la que pertenezcas. Utilizando ocho mesocosmos experimentales flotantes KOSMOS (Kiel Offshore Mesocosms for Future Ocean Simulations), los científicos estudiaron cómo respondían las complejas comunidades marinas a distintos niveles de absorción de dióxido de carbono de la atmósfera. Cuatro de estos mesocosmos tenían concentraciones elevadas de dióxido de carbono.

Según el profesor Ulf Riebesell, catedrático de oceanografía biológica del GEOMAR y coordinador del experimento, "Ninguno de los estudios anteriores ha revelado con tanta claridad como éste cómo las interacciones dentro de la red trófica determinan la sensibilidad de la comunidad de plancton frente a la acidificación del océano."
Para comprobar si la unicelular Emiliania huxleyi podía adaptarse, los científicos utilizaron sujetos que habían vivido en el laboratorio más de 2.500 generaciones en condiciones ácidas. Después de tantas generaciones, ¿habían evolucionado los organismos lo suficiente como para permitirles sobrevivir en las condiciones ácidas del interior de los mesocosmos? La respuesta fue negativa. El organismo seguía sufriendo tasas de pérdida elevadas y densidades de población reducidas. Como la Emiliania huxleyi tiene la capacidad de almacenar carbono y también de producir el gas refrigerante del clima sulfuro de dimetilo (DMS), tener menos de ellas en nuestro medio ambiente sería una mala noticia. Otro organismo que sufriría consecuencias nefastas es el pterópodo Limacina helicina, que forma parte importante de la dieta de mamíferos marinos, peces y aves marinas. A veces conocidos como "mariposa de mar", sus caparazones están hechos de aragonito, un carbonato cálcico que se disuelve fácilmente en condiciones ácidas.
"Si el pterópodo sufre la acidificación del océano, podría perderse un eslabón importante dentro de la red alimentaria," dijo la Dra. Silke Lischka, bióloga marina de GEOMAR.
Sin embargo, no todo es pesimismo, algunas especies como el picofitoplancton y el zooplancton de mayor tamaño Oikopleura dioica prosperaron dentro de los mesocosmos con mayores concentraciones de dióxido de carbono. "Oikopleura dioica es un abundante tunicado planctónico de distribución mundial,", explicó Jean-Marie Bouquet, ingeniero investigador del Centro Internacional Sars de Biología Molecular Marina y estudiante de doctorado de la Universidad de Bergen.

Añadió que vivía en el interior de una compleja estructura gelatinosa que le permitía capturar con eficacia una amplia variedad de partículas alimenticias, y que su población podía aumentar rápidamente en condiciones favorables. "De este modo, pueden desarrollarse grandes poblaciones, que tienen el poder de cambiar toda la red alimentaria."
Esto fue precisamente lo que observaron los científicos en el interior de los mesocosmos. Los datos y análisis de los dos meses de investigación abarcaron todo el espectro, desde el plancton más pequeño al más grande y las larvas de peces, así como el intercambio de sustancias y las interacciones en los distintos niveles de la red trófica. biodiversidad marina, el equilibrio ecológico y los intercambios materiales en el mar como consecuencia de la acidificación de los océanos. Su gravedad dependerá del éxito que tengamos actualmente en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. Para más información: http://www.geomar.de