El Beluga II hace olas contra los residuos plásticos

Desde el 16 de abril, el barco Beluga II de Greenpeace ha emprendido un nuevo viaje para dar a conocer la creciente amenaza de la basura plástica y los microplásticos, recorriendo los ríos alemanes en 15 ciudades (entre ellas Colonia, Fráncfort y Maguncia). Terminará su gira el 27 de junio. A bordo viajan activistas y voluntarios deseosos de compartir sus conocimientos sobre nuestro hábitat marino y los peligros que plantean las crecientes cantidades de residuos plásticos en nuestros océanos. Lleva consigo una exposición en la que los visitantes pueden ver un aparato especial que puede, entre otras cosas, medir la cantidad de microplásticos en los ríos Rin, Meno y Danubio. "En todo el mundo -desde el Ártico hasta el Océano Antártico- el hábitat marino está sufriendo a causa de la basura plástica. El plástico también ha llegado a los ríos alemanes y a los mares del Norte y Báltico", declaró en alemán la experta marina de Greenpeace Lisa Maria Otte. Hizo un llamamiento a la ministra federal de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, para que ponga freno a la avalancha de plástico, comentando que hace tiempo que deberían haberse prohibido las bolsas de plástico y los microplásticos. Hasta 13 millones de toneladas de plásticos entran en los ríos, debido al viento, las aguas residuales, las mareas tormentosas o la pleamar, y llegan al mar. Se calcula que al menos 150 millones de toneladas ya han viajado hasta allí. La presencia de residuos plásticos en el océano puede causar a los animales marinos una muerte agónica, por estrangulamiento o inanición, al consumir los residuos plásticos sin poder digerirlos. Un ejemplo: los científicos que examinaron el contenido del estómago de un cachalote que había encallado en la costa del Mar del Norte, en Schleswig-Holstein, encontraron elementos como partes de un cubo de plástico, restos de una red y la cubierta de plástico de un motor de coche, entre otras cosas. Microplásticos en nuestra cadena alimentaria Menos visibles, pero sin embargo un problema masivo en nuestros océanos, son los residuos de microplásticos. Estas partículas microscópicas de plástico se utilizan en productos como cosméticos y dentífricos, y llegan a nuestras vías fluviales y ríos para acabar en el océano. Los microplásticos también se crean cuando los productos de plástico desechados en los océanos se degradan en partículas más pequeñas. Hoy en día, los microplásticos se encuentran regularmente en los estómagos de diversas especies de peces, almejas o gambas. "La basura plástica no sólo acaba en la naturaleza, sino también en nuestros alimentos. A pesar de los estudios científicos, nadie puede decir con certeza cuánto plástico acaba en nuestros platos y qué efecto tiene", afirma Otte. El consumo anual de plástico de una persona que vive en Europa Occidental es de 136 kilogramos, tres veces superior a la media mundial. Dos tercios del consumo de plástico en Europa pueden atribuirse a cinco países, con Alemania a la cabeza con casi el 25%, seguida de Italia, Francia, Gran Bretaña y España. Ruta del Beluga II para la exposición.