Descifrado el secreto de los cangrejos de las cavernas

Un estudio demuestra el vínculo genético entre los camarones troglobios que viven en cuevas de Israel e Italia

Los camarones troglobios de sólo unos centímetros de tamaño que viven en diversas cuevas de Israel e Italia, están emparentados, aunque existen aislados desde hace millones de años. Así lo ha demostrado ahora un equipo de investigadores del Centro GEOMAR Helmholtz de Investigación Oceánica de Kiel y de instituciones israelíes mediante análisis genéticos y geológicos.
 
Los troglobios viven en otro mundo -en completa oscuridad, con bajas fluctuaciones de temperatura y alta humedad-, un mundo muy especial y aislado en el que las especies que se han adaptado a estas condiciones suelen sobrevivir mucho tiempo. También incluyen cuatro especies del camarón ciego Typhlocaris, que sólo pueden encontrarse en cavernas kársticas individuales alrededor del mar Mediterráneo. Dos de estas especies de sólo unos centímetros de tamaño existen en Israel: Typhlocaris galileain una cueva de Tabgha, cerca del lago Genezareth, y Typhlocaris ayyaloniin la cueva Ayalon, descubierta en 2006 en la llanura costera de Israel. Las otras dos especies se encuentran en un sistema de cuevas cerca de Lecce, en el sureste de Italia, y en una cueva cerca de Bengasi, en Libia. Un grupo de científicos ha podido demostrar ahora una estrecha relación entre las especies de Israel e Italia con ayuda de investigaciones genéticas y geológicas. El estudio ha aparecido recientemente en la revista peerJ.

"Las especies de Typhlocaris son 'fósiles vivientes', descendientes de una especie que existió en el prehistórico Mar de Tethys hace millones de años", explica la Dra. Tamar Guy-Haim, del GEOMAR y del Instituto Nacional de Oceanografía de Haifa (Israel), autora principal del estudio. "Desde entonces han sobrevivido en condiciones aisladas en un ecosistema único aislado del mundo exterior", prosigue Guy-Haim. A diferencia de la mayoría de los ecosistemas basados en la luz solar como fuente de energía para las plantas, éstos funcionan en las cuevas de forma quimioautótrofa y se basan en bacterias oxidantes del sulfuro como fuente de alimento. Los camarones Typhlocaris son los principales depredadores de las cuevas y se alimentan principalmente de pequeños cangrejos, que a su vez viven de las bacterias del sulfuro.
 
"Al comparar los marcadores genéticos, descubrimos que una de las especies israelíes, Typhlocaris ayyoni, que vive a más de mil kilómetros de distancia de Italia - Typhylocaris salientina, está genéticamente más próxima que la otra especie israelí, Typhlocaris galilea, que vive a sólo 120 kilómetros", explica el Prof. Yair Ahituv, de la Universidad Bar-Ilan de Israel, coautor del estudio.
 
Para explicar esta sorprendente relación genética, los investigadores dataron la divergencia de especies basándose en la edad de una formación geológica de la zona de la cueva de Galilea. Así, Typhlocaris galilea se separó de las demás especies hace 7 millones de años, durante el levantamiento de la dorsal central de Israel. Hace unos 5,7 millones de años, en la época de la llamada crisis de salinidad mesiniense (CSM), cuando el Mediterráneo estaba casi completamente deshidratado, la especie israelí Typhlocaris ayyalon y la italiana Typhylocaris salientina se separaron en dos especies distintas.
 
Además, los investigadores calcularon las tasas de evolución de Typhlocaris y otros crustáceos cavernícolas y descubrieron que eran especialmente bajas en comparación con las de los crustáceos no cavernícolas. Los investigadores sugieren que las condiciones únicas de las cuevas -estabilidad de las condiciones ambientales (como la temperatura), falta de luz y bajas tasas metabólicas- ralentizan el ritmo del cambio evolutivo.
 
Las especies de Typhlocaris están clasificadas como en peligro de extinción y figuran en la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos). Las cuevas en las que viven están sometidas a grandes cambios debido a la contaminación, la infiltración de agua salobre por la extracción intensiva de aguas subterráneas y el cambio climático. Por ello, en Israel se ha puesto en marcha un programa de cría de Typhlocaris para preservar la especie en caso de que fracasen todos los esfuerzos por asegurar la población natural.

Enlace al estudio: https://peerj.com/articles/5268/.