El cambio climático: Nemo en apuros

El pez payaso no puede adaptarse a los rápidos cambios medioambientales

El apreciado pez anémona, que se hizo popular gracias a las películas "Buscando a Nemo" y "Buscando a Dorie", no tiene la capacidad genética de adaptarse a los rápidos cambios de su entorno, según un estudio reciente del Centro Nacional Francés de Investigación Científica (CNRS ) y la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI).

Un equipo internacional de investigación observó durante más de una década a los peces payaso en las lagunas de la bahía de Kimbe, un punto caliente de biodiversidad en Papúa Nueva Guinea. Mediante el análisis genético del ADN de la población, los investigadores pudieron calcular su potencial de adaptación a los cambios del hábitat. Descubrieron que las grandes familias de peces payaso, que abarcaban muchas generaciones, estaban vinculadas por hábitats de alta calidad más que por genes compartidos.

"Los resultados que aquí se presentan fueron posibles gracias a un enorme esfuerzo de muestreo y secuenciación del ADN que no se ha realizado para ninguna especie marina", afirma el biólogo del WHOI Simon Thorrold, coautor del estudio. "La mayor sorpresa para nosotros fue también la más inquietante: los esfuerzos de conservación no pueden depender de la adaptación genética para proteger al pez payaso de los efectos del cambio climático; parece que Nemo no podrá salvarse a sí mismo."

La calidad de la anémona que da cobijo al pez payaso contribuye significativamente a su supervivencia y capacidad de renovación en una media del 50 por ciento. Si las anémonas se mantienen sanas, la población de peces payaso se mantendrá. Sin embargo, cuando las anémonas y los arrecifes de coral que consideran su hogar se ven afectados por el calentamiento global, los peces payaso tienen problemas.

"Nemo está pues a merced de un hábitat que se deteriora de año en año, y no sería razonable esperar que un pez payaso se adaptara genéticamente lo bastante rápido para permanecer en las lagunas, por lo que la posibilidad de supervivencia del pez depende únicamente de nuestra capacidad para mantener la calidad de su hábitat", explica Benoit Pujol, genetista evolutivo del CNRS.