Un ROV descubre una nueva especie de octópodo de aguas profundas

Los misterios de las profundidades marinas se volvieron un poco más encantadores cuando la imagen un tanto errante de un pequeño octópodo apareció en los monitores durante una expedición de la NOAA. Descubierto el 27 de febrero durante la primera inmersión operativa de 2016 del Okeanos Explorer, el ROV Deep Discoverer se topó por casualidad con la criatura sentada en una roca plana a 4.290 metros de profundidad, al noreste de la isla Necker, en el archipiélago hawaiano. Desde entonces, su enigmática aparición ha causado un gran revuelo en el mundo científico y en las redes sociales. Era evidente que no se trataba de una especie conocida. En una entrada del blog de la expedición, los científicos sugirieron que incluso podría pertenecer a un género totalmente nuevo. Sin embargo, para confirmarlo habría que seguir investigando. Mientras tanto, el octópodo ha sido bautizado con el nombre de Casper, ya que su aspecto fantasmal recordaba al del personaje de dibujos animados de ficción. Los pulpos de aguas profundas, que se encuentran a más de 5.000 metros de profundidad, son de dos tipos. La mayoría son cirrados, lo que significa que tienen aletas detrás de la cabeza y pequeños apéndices móviles en los tentáculos. El otro tipo son los pulpos incirrados, que no tienen aletas ni cirros, y se parecen a los pulpos comunes de aguas poco profundas. Según su aspecto, Casper era del tipo incirrado, y sus ventosas estaban en una, y no dos, filas en cada tentáculo. No parecía ser musculoso y también carecía de células pigmentarias (cromatóforos), lo que daba lugar a su aspecto fantasmal.