Atlántico: nuevos descubrimientos sobre la formación de aguas profundas y las corrientes oceánicas

Las observaciones a largo plazo contradicen las opiniones anteriores

El Atlántico Norte subpolar desempeña un papel crucial en la circulación oceánica mundial. Mediante el enfriamiento cerca de la superficie, el agua cálida se transforma en agua profunda fría y pesada, que fluye ecuatorialmente en profundidad. Basándose en datos de modelos, antes se suponía que la mayor parte del agua profunda se forma en el mar de Labrador. Las observaciones a largo plazo de un consorcio internacional en el que participa el Centro Helmholtz GEOMAR de Investigación Oceánica de Kiel muestran ahora que la mayor contribución a la circulación meridional de desbordamiento tiene lugar en el Atlántico Norte oriental

Las corrientes oceánicas están causadas principalmente por el viento y las diferencias de densidad del agua de mar. Para las corrientes del Atlántico Norte ambos procesos son importantes. El agua cálida y rica en sal se transporta hacia el norte a través de la Corriente del Golfo y sus estribaciones. El agua se enfría, lo que provoca un aumento de la densidad del agua de mar y, por tanto, una disminución. El agua densa y profunda fluye entonces de nuevo hacia el ecuador. Este sistema de flujo también se denomina circulación meridional atlántica de vuelco (AMOC). Es de gran importancia para el clima, sobre todo para los inviernos comparativamente suaves del norte de Europa. En ciertas regiones, especialmente en el Mar del Labrador, el agua superficial puede hundirse hasta las profundidades marinas. El aporte de agua dulce, como el deshielo de la meseta terrestre a consecuencia del calentamiento global, reduce la densidad del agua superficial. Una desecación de la formación de agua profunda y, por tanto, de la circulación meridional de vuelco, tendría un impacto directo en el clima de Europa.

"La circulación meridional de vuelco del Atlántico es un mecanismo complejo con muchos procesos. Por ello, las observaciones directas son escasas, y muchas relaciones sólo se han derivado hasta ahora de estudios de modelos," explica el Dr. med. Johannes Karstensen de GEOMAR, uno de los coautores de un estudio que se ha publicado ahora en la revista internacional Science. Para verificar estas conclusiones teóricas de los modelos con las observaciones, en 2014 se puso en marcha el primer estudio completo de la circulación subpolar de vuelco del Atlántico, con la participación de siete países, bajo el nombre de "OSNAP" (Overturning in the Subpolar North Atlantic Program). El sistema de observación OSNAP se divide en dos secciones: a través del mar de Labrador, desde Canadá hasta el extremo sur de Groenlandia, y más allá, el Atlántico Norte subpolar oriental, desde el extremo sur de Groenlandia hasta Escocia. Un gran número de estaciones de medición permanentes (fondeaderos) forman la columna vertebral del sistema. En las estaciones se registran continuamente los datos de flujo, así como las temperaturas y la salinidad del agua.

"En la serie temporal de 21 meses de la circulación de vuelco a partir de las mediciones del OSNAP, observamos una variabilidad asombrosamente alta. Sin embargo, el resultado más sorprendente por el momento es que el mar de Labrador, que siempre hemos considerado la región de formación de aguas profundas más importante, sólo contribuye en un 15% aproximadamente a la circulación meridional de vuelco del Atlántico. Tenemos que reflexionar sobre cómo adaptar el concepto de formación y circulación de aguas profundas. Es importante identificar mejor los procesos responsables de las fluctuaciones en las series temporales del OSNAP,". dijo el Dr. Karstensen.

"Por ejemplo, es posible que el periodo de medición del OSNAP de 2014 a 2016 sólo detectara una condición específica de circulación meridional. Una cuestión que sólo puede determinarse mediante series de mediciones más largas", explica el Dr. med. Karstensen. En verano de 2018, los equipos del OSNAP de Europa, EEUU, Canadá y China volvieron a viajar con los buques de investigación por el Atlántico Norte Subpolar. Actualmente se están analizando los datos y se espera que la serie temporal OSNAP de la Circulación Atlántica se amplíe en breve otros dos años. "Esta región es uno de los parámetros más sensibles de nuestro sistema climático. En ella, cambios relativamente pequeños y rápidos pueden desencadenar efectos globales y a largo plazo sobre el clima. Por eso es tan importante una comprensión exhaustiva de los procesos de esta región.", explicó Karstensen.

Los datos recopilados por el equipo internacional se incorporan a los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), cuyo próximo informe se elaborará dentro de pocos años y constituirá la base de las recomendaciones de actuación para la protección del clima.

Enlace al estudio: https://doi.org/10.1126/science.aau6592.