La vida secreta de las esponjas

Las fotos de lapso de tiempo ponen al descubierto los movimientos

Podrías pensar que las esponjas de aguas profundas son tan activas como las esponjas limpiadoras. Pero no es así: Las fotos de lapso de tiempo muestran que ciertos animales del fondo marino que antes se consideraban inmóviles en realidad se expanden, contraen, dan tumbos y ruedan por el lecho marino, aunque muy lentamente...

En un estudio reciente, la antigua investigadora postdoctoral del MBARI Amanda Kahn y su equipo describen estos comportamientos en nueve especies de esponjas y anémonas en un lugar de estudio a largo plazo llamado "Estación M". "Estación M" está a 4.000 metros bajo el nivel del mar y a unos 220 kilómetros de la costa de California Central.

Kahn, el coautor Paul McGill y otros investigadores observaban vídeos time-lapse del fondo oceánico cuando Kahn vio algo inesperado. "Todo el mundo veía pepinos de mar y erizos husmeando por el fondo marino, pero yo vi la esponja. Y entonces la esponja cambió de tamaño. No sabíamos de antemano que debíamos fijarnos en las esponjas," dijo Kahn.

Kahn y el coautor Clark Pennelly analizaron las grabaciones y descubrieron que varias esponjas de cristal se contraían y expandían rítmicamente a lo largo del tiempo sin motivo aparente. Los ciclos de contracción y expansión duraban desde horas hasta semanas.

Estudios anteriores han demostrado que las propiedades filtrantes naturales de una esponja disminuyen cuando se contrae. Las esponjas de la "Estación M" se habían contraído en un 30-50% de las grabaciones del fondo oceánico. Dado que las esponjas suelen filtrar grandes cantidades de partículas del agua, esto significa que sus contracciones podrían afectar significativamente al ciclo de los nutrientes en las profundidades marinas.

El equipo también observó las acciones y retiradas de otros animales del fondo marino a lo largo del tiempo. Un tipo de esponja conocida como esponja Sputnik, Cladorhiza kensmithi, sacaba y volvía a meter sus hilos en forma de paraguas. Esta especie es conocida como carnívora, que utiliza sus filamentos para atrapar a sus presas.

De forma similar, una colonia de diminutas anémonas de mar, como una cadena de pequeñas flores en un tallo, ha retirado rítmicamente sus tentáculos y luego los ha vuelto a abrir. Otra pequeña anémona con forma de girasol mostró un comportamiento similar. Es probable que estos movimientos estén relacionados con que las anémonas se alimentan de partículas y animales microscópicos que nadan cerca de sus filamentos.

"Existe un precedente de esponjas que se contraen y se expanden,", explica Kahn. Su coautora, Sally Leys, ha documentado el comportamiento observado en esponjas de agua dulce que reaccionan a las partículas del agua circundante. Cuando estas partículas irritan a las esponjas, dilatan lentamente los canales de su cuerpo y luego se contraen con relativa rapidez, provocando la expulsión de las partículas. El proceso completo dura unos 40 minutos y es similar al estornudo de una persona.

Este comportamiento nunca se ha observado en las esponjas de cristal que contienen estructuras esqueléticas hechas de cristal de cuarzo. Aunque su nombre podría sugerir que las esponjas de cristal son quebradizas y frágiles, las estructuras de cristal de sus cuerpos, llamadas espículas, son similares a andamios que se superponen y descansan unos sobre otros, pero no están fusionados. Cambiando la superposición de las partes, las esponjas pueden contraerse o expandirse.

Los cambios de tamaño no fueron el único comportamiento sorprendente que presenció Kahn. Otra especie de esponja, Docosaccus maculatus, era arrastrada con frecuencia por las corrientes a través del fondo marino, como una planta rodadora al viento.

De forma similar, otra especie, Hexactinellida sp.1, parecía cabalgar sobre las corrientes y rodar por la llanura fangosa durante meses.

"Las profundidades marinas son un lugar dinámico, pero funcionan en una escala de tiempo y con estímulos distintos a los de nuestro mundo,", concluye Kahn. Su trabajo demuestra que las esponjas y las anémonas están mucho más vivas de lo que suponían los científicos. Sólo viven mucho más lentamente que las personas que las examinan.

Vídeo: youtu.be/tx5HhgUjaiU