Greenpeace limpia las playas de Spitsbergen

Lugares remotos que ya no son intocados por la basura Activistas de Greenpeace han recogido un surtido de basura oceánica que ha aparecido en las playas del ártico Svalbard. Entre su botín había redes de pesca, boyas y otros residuos plásticos procedentes de la pesca. Al hacerlo, la organización ha puesto de relieve el problema mundial de la basura en los océanos, incluso en las regiones más remotas del mundo. "El Ártico ya no es tan virgen como nos lo imaginamos", afirmó Larissa Beumer en alemán. Es investigadora sobre el Ártico de Greenpeace en Hamburgo. Los activistas de Greenpeace se encuentran actualmente a bordo del buque Arctic Sunrise para llamar la atención sobre los efectos de la pesca con redes de arrastre de fondo en las aguas del Ártico. Debido a la disminución del hielo marino, las vías navegables se amplían, lo que permite a las flotas pesqueras industriales avanzar más al norte. Estas zonas recién descubiertas no están protegidas por la ley. Sin embargo, empresas como Iglo, McDonald's y algunas grandes empresas pesqueras y comerciales firmaron un acuerdo para no iniciar la pesca de bacalao en zonas del mar de Barents que antes estaban cubiertas de hielo (ver también: taucher.net/diveinside-major_companies_say_no_to_cod_fishing). No obstante, Greenpeace pide que se cree una reserva marina en torno a las zonas que rodean las Svalbard noruegas. Beumer reiteró que el gobierno noruego necesita detener la expansión de la pesca industrial en las zonas hasta ahora vírgenes, y esto también reduciría el problema de la basura en la sensible región. Además, el viento y las corrientes marinas transportan basura oceánica a esta remota región. Según el gobernador de Svalbard, cerca del 80% de la basura que llega a sus playas procede de la pesca industrial. Anualmente llegan al océano unos 12,7 millones de toneladas de residuos plásticos, pero sólo una media del 18% procede de la pesca. La fauna del Ártico sufre las consecuencias de la basura Animales como los osos polares, los renos y las focas pueden enredarse en redes de pesca perdidas o desechadas en los océanos y sufrir una muerte agónica. Muchas aves marinas también se ven afectadas por la basura oceánica. Por ejemplo, los investigadores han encontrado residuos plásticos en los estómagos de casi el 90% de los fulmares de su estudio. Esto ocurre cuando las aves marinas comen peces que han consumido microplásticos encontrados en el océano. La naturaleza única de los animales del Ártico los hace especialmente vulnerables a las sustancias tóxicas que se acumulan en los microplásticos. Más información: www.greenpeace.de