6 preocupaciones habituales de los buceadores que bucean por primera vez
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mares
Es normal tener cierta preocupación o ansiedad ante la idea de bucear por primera vez. ¡Pero este planeta es un 71% agua! Es una parte enorme del planeta que espera ser explorada. El submarinismo es una forma asombrosa de experimentar lo que el mundo submarino puede ofrecer, pero muchas personas evitan intentarlo porque temen que les ocurra lo peor. En realidad, las probabilidades de que te ocurra algo malo bajo el agua son extremadamente bajas. No te esperan tiburones con enormes dientes alrededor de cada roca... ¡te lo prometemos!
Vamos a tranquilizarte y a hablarte de las siguientes seis preocupaciones habituales de los buceadores principiantes.
1.Quedarse sin aire
Éste es probablemente el miedo número uno que tiene la gente al submarinismo. Pero es muy poco probable que ocurra. Cuando te apuntas a un curso de submarinismo o a una inmersión de prueba, una de las primeras habilidades prácticas que aprendes es a comprobar cuánto aire hay en la botella mientras buceas. Una botella llena de aire suele durar a un buceador al menos 40 minutos, pero puede durar incluso más de una hora. Otra cosa que aprendes es que los buceadores autónomos nunca terminamos la inmersión con la botella vacía, siempre terminamos con un poco de aire sobrante, para estar completamente seguros de que no nos quedaremos sin aire en los últimos minutos. Los buceadores certificados se encargan de comprobar su propio manómetro de aire cuando bucean, pero el guía o instructor de buceo te recordará constantemente que lo compruebes también. Por tanto, no hay ninguna razón para que te quedes sin aire buceando.
2. Tiburones
A lo largo de los años, los medios de comunicación han dado muy mala fama a los tiburones, y películas como Tiburón han sembrado el miedo en todo el mundo y han impedido que la gente entre en el mar. Pero los tiburones no son máquinas de comer descerebradas, y nosotros no estamos en su menú. La mayoría de los encuentros con tiburones no acaban en mordedura, normalmente ignoran por completo a los buceadores. ¿Sabías que tus probabilidades de ser atacado por un tiburón son de 1 entre 3.748.067? Y tienes diez veces más probabilidades de perder la vida por unos fuegos artificiales que por el ataque de un tiburón. No hay que temer a los tiburones, pero debemos respetarlos. Si les damos espacio y paz cuando buceamos cerca de ellos, no hay por qué preocuparse. Además, los tiburones no están en todos los rincones del mar, muchos buceadores viajan por todo el mundo con la esperanza de avistar tiburones. Así que, dependiendo de dónde bucees, es probable que ni siquiera veas uno.
3. Enfermedad descompresiva
La enfermedad descompresiva, o "los baches", como habrás oído llamarla, es una afección que puede producirse si un buceador con escafandra autónoma sube a la superficie demasiado deprisa o permanece demasiado tiempo a gran profundidad. Pero es muy poco probable que esto te ocurra a ti. Durante tu curso de Open Water Diver aprenderás los "límites sin descompresión", que nos indican cuánto tiempo podemos permanecer a cierta profundidad antes de que nuestro cuerpo absorba demasiado nitrógeno. Son los altos niveles de nitrógeno los que pueden provocar la enfermedad descompresiva. Cuando empezamos a ascender lentamente de una inmersión, nuestro cuerpo "desgasifica" este nitrógeno, lo que lleva su tiempo. Por eso, si salimos a la superficie muy deprisa, corremos el riesgo de sufrir un ataque. Sin embargo, esto sólo se convierte realmente en un riesgo cuando empiezas a bucear a gran profundidad. Cuando intentes bucear por primera vez, no lo harás tan profundo como para arriesgarte a sufrir la enfermedad descompresiva; siempre debes evitar salir a la superficie muy rápido, pero aunque lo hicieras, es poco probable que sufras la enfermedad descompresiva. Tu instructor no te sumergirá hasta que considere que estás preparado.
4. Perderse bajo el agua
Otra cosa que se aprende durante un curso de submarinismo es a trabajar como un equipo de compañeros. La regla número uno del submarinismo es no bucear nunca solo, así que trabajamos como compañeros para mantenernos a salvo unos a otros. Esto hace que sea extremadamente improbable que alguna vez te separes, pero si alguna vez lo hicieras, tendrías las habilidades y los conocimientos necesarios para ascender con seguridad y reunirte con tu compañero en la superficie. Si estás pensando en participar en una inmersión de prueba, tu instructor estará muy cerca de ti todo el tiempo, quizá incluso te coja de la mano o de la botella para asegurarse de que estás a salvo.
5. No poder respirar
Como ya hemos dicho, los buceadores comprueban regularmente su aire mientras están bajo el agua para asegurarse de que no se les va a acabar. Pero, ¿quizá te preocupa que tu equipo falle? No temas... también existen procedimientos para este escenario improbable. Lo primero que debes saber es que las botellas y los reguladores (aquello de lo que respiras) se revisan con regularidad y que todas las escuelas de buceo tienen que cumplir leyes estrictas para asegurarse de que su equipo es seguro. En segundo lugar, no sólo tendrás un regulador para respirar; todos los buceadores llevan un regulador de repuesto que pueden utilizar si falla el regulador principal o si tu compañero se queda sin aire. ¡Realmente han pensado en todo!
6. Lastimarse los oídos
Si has volado en avión, habrás sentido cómo la presión puede afectar a tus oídos. Tendrás una sensación similar al descender bajo el agua. Antes de meterte en el agua para tu primera inmersión, tu instructor se asegurará de que sepas cómo "compensar" tus oídos. Este proceso añade un poco de aire al interior de tus oídos y alivia cualquier molestia. Es bastante sencillo de hacer, sólo tienes que mantener la nariz cerrada y soplar (como si soplaras en un pañuelo de papel). Sentirás cuándo necesitas hacerlo a medida que buceas, pero tu instructor también te lo indicará para asegurarse de que lo haces lo suficiente. También se asegurará de que desciendes muy lentamente para darte tiempo a compensar tus oídos con éxito. Si sientes molestias o dolor intensos, es importante que no desciendas más hasta que la presión se haya compensado. Basta con que te señales la oreja para que tu instructor sepa si tienes problemas y pueda ayudarte.
Esperamos haberte tranquilizado y que ahora estés pensando en apuntarte a una inmersión de prueba o incluso a tu curso completo de Open Water Diver. Una vez que entres en el agua, ¡te preguntarás por qué has esperado tanto!