Reproducción: ¡El tamaño importa!

La presión pesquera puede cambiar el comportamiento de apareamiento de las langostas

Si disponen de una amplia selección de compañeros sexuales, las mujeres langosta eligen machos con un cuerpo grande y unas tijeras musculosas. Sin embargo, una nueva investigación demuestra que la presión pesquera puede influir en este ideal de belleza...

La oceanógrafa noruega Tonje Knutsen Sørdalen ha comparado cómo funciona la elección de pareja de las langostas de la Reserva de Langostas de Flødevigen con la de una zona de control situada fuera de la zona de protección: hay claras diferencias.

"Mediante pruebas de ADN de machos y hembras con huevos fecundados, podemos averiguar qué langosta macho se ha convertido en padre", dice Sørdalen.

En la reserva hay una veda de langostas. Por tanto, aquí hay más machos y más grandes que en las zonas donde está permitida la pesca. La talla mínima para capturar langostas es de 25 cm, por lo que los animales más grandes están más expuestos a la presión pesquera.

"En ambas zonas, las hembras eligen una pareja más alta que ellas. Pero la diferencia de tamaño entre machos y hembras es mucho mayor en la reserva", dice Sørdalen.

"El tamaño del cuerpo y de las tijeras de los machos también puede afectar a su vida sexual, y unas tijeras grandes no sólo son beneficiosas en el combate, sino que también pueden resultar atractivas para las hembras", continúa.

"En la zona fuera de la reserva, parece que a las hembras no les importa el tamaño y no todas buscan aparearse con los pocos machos grandes", dice Sørdalen.

Sospecha que a las hembras les resulta difícil juzgar lo que es atractivo, ya que las langostas fuera de la reserva son muy escasas. El hecho de que las hembras sean menos exigentes a la hora de elegir pareja puede tener consecuencias a largo plazo.

A largo plazo, las langostas pueden ser más pequeñas
"Si los machos ya no se benefician de ser altos, esto puede provocar una reducción de las langostas a largo plazo, y nuestro estudio es el primero en demostrar empíricamente que la pesca puede afectar a la selección sexual", concluye Sørdalen.

Enlace al estudio: onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/eva.12611.