La cueva de Nakamoto, en la isla de Kuroshima, Okinawa, ofrece profundidades de 10-23 m con corrientes suaves, ideales para principiantes. Su asombroso foco y topografía albergan vida diversa, como el pez grulla de corona roja, el pez delfín de manchas azules y los gobios verdeazulados, que atraen tanto a los amantes de los paisajes como de la vida marina.